INTRODUCCIÓN

Este artículo trata sobre el padecimiento de una neumonía común del autor, definida como la infección de los dos pulmones debida a la multiplicación de patógenos como hongos, bacterias y virus en el interior de los alvéolos, provocando inflamación, con daños a ambos lóbulos pulmonares.

El escrito se realiza como una expresión de sentir la neumonía, con sus síntomas característicos, revelando los efectos directos en la mejoría de la persona y de las secuelas colaterales de los medicamentos con que fue tratada la patología pulmonar.

Se escribe la publicación con el propósito de colectivizar, con las comunidades científica y general los embates personales vivenciados debido al padecimiento de la neumonía, como también las reacciones de mejoría debida a la ingesta de los tratamientos pertinentes y sus efectos colaterales causados en el organismo, que fueron consultados a la médica tratante y atendidos a tiempo con los tratamientos correctivos para su superación.

La manera como se estructura este comunicado, fue mediante el registro oportuno de los datos representados por los síntomas manifiestos del padecimiento de la patología, como también de los efectos correctivos de la enfermedad por los medicamentos tomados, y el registro fotográfico de sus presentaciones, como de su impacto adverso al organismo; elementos estos que fueron sujetos al proceso de sistematización, análisis e interpretación, para luego realizar la redacción del discurso escrito.

Como cierre se pronuncia, que la vivencia tenida sobre la “Neumonía Común” padecida; resulto en una situación enigmática, porque no se alcanzó a saber ¿Qué fue lo que afectó mi salud? ¿Sería el coronavirus SARS-Cov-2 el agente causante de la dolencia pulmonar que padecí?

Dialéctica del Discurso Escrito

No sé en qué momento o lugar me contagié con el agente causal de la “neumonía”, como enfermedad que causa infección de pulmón caracterizada la por multiplicación de algunos microorganismos (neumococos, estafilococos, bacilos y virus, dentro de los alvéolos… que  provoca la inflamación que,… produce una ocupación de los alvéolos (Reguera, 2018, Pp. 1-2 ), solo sé que el lunes 7 de septiembre de 2020 estuve en el centro de la ciudad de Barinas y visité las instalaciones de la Escuela de Artes Plásticas “Cristóbal Rojas” en la cual conversé con 3 personas que hacían lo propio.

Luego visité un comercio en el mismo centro, en el cual compartí con un trabajador que allí labora. El resto del tiempo desde que comenzó la epidemia de la COVID-19 lo pase entre mi casa y una parcela que tenemos en las afueras de la ciudad de Barinas, a la que me iba en horas de la mañana y regresaba al final de la tarde. O lo que es lo mismo, no pasé mucho tiempo en el medio urbano donde está presente el SARS-Cov-2.

El caso es que el miércoles 9 de septiembre estaba cumpliendo labores de limpieza en la parcela, ese día comencé a sentir dolor de cabeza y dificultad para respirar; transcurridos siete (7) días, después de haber vivenciado de “manera experimental” la afectación causada por la dolencia neumónica, el martes 15/9/20 acudí a consulta médica, concurriendo primero a Módulo de Barrio Adentro existente en la Urbanización La Rosaleda donde resido en la ciudad de Barinas, allí no había atención medica ese día, luego me dirijo a casa de un médico que vive en la misma urbanización, al llegar a su domicilio, este se había ido a su centro de trabajo y no me puede hacer ver por él; seguidamente me dirigí el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Dr. “Julio García Alvarez” de la Urbanización Cuatricentenaria de Barinas.

En este centro asistencial soy atendido medicamente, y se me indica preliminarmente tomar Acetaminofén en tabletas de 500 m. g., Vitamina C de 250 m. g., Vitamina D de 500 m. g. y Zinc de 40 m. g. Mandándome de igual manera a aplicar Dexametasona en ampolla de 8 m. g. allí en el CDI.

Como consecuencia de haber permitido el avance de la “Neumonía” en mi cuerpo que resultó seriamente afectado, al acudir a solicitar atención médica de manera tardía, se le indica a toda persona que presente sintomatología de una afección de esta naturaleza, acudir de inmediato a solicitar atención médica para evitar mayores riegos a la salud y por ende mayores consecuencias a la vida.

El mismo día, es decir, el 15/9/2021, la médica tratante me indica que debo hacerme una placa de tórax y un examen de hematología completa, exámenes que me realizo en la Cruz Roja de Barinas, ambos recaudos médicos los llevo a una nueva consulta tenida con la galena, el día viernes 18 de septiembre.

Ella extiende un nuevo récipe médico en el cual me manda a tomar los siguientes medicamentos: Ibuprofeno de 400 m. g., una tableta diaria por 3 días. Azitromicina de 500 m. g. una tableta diaria por 6 días.

Ivermectina una tableta de 6 m. g. cada 12 horas, por 3 días.

Aspirina una tableta de 500 m. g. al medio día por 3 días y Bromhexireri de 10 c.c. cada 8 horas por 10 días.

Me formuló de nuevo inyectarme Dexametasona, una ampolla de 8 m. g. por 3 días. Indicándome que debo continuar tomando vitamina C y D y Zinc (este último suplemento de farmacia no lo bebí, en su lugar tomé diariamente jugo de auyama cruda simple, un vaso en la mañana y un vaso en la tarde). Esta baya (fruto), perteneciente a la familia de las cucurbitáceas, contiene calcio, sodio, magnesio, zinc, hierro, potasio, fósforo, vitaminas A, K, C, B, E y D, fibra soluble y betacaroteno.

La Azitromicina se utiliza porque tiene un efecto antiinflamatorio en la COVID-19, y está coligada al riesgo de infecciones bacterianas asociadas”. La Ivermectina es un agente antiviral en pacientes con diagnóstico confirmado de la COVID-19, que debe ser administrada al comienzo de la enfermedad”. Ambos medicamentos me fueron proporcionados de manera gratuita por el Ministerio del Poder Popular para la Salud.

El día martes 22 de septiembre acudo de nuevo a consulta médica por orden de la doctora tratante y me entrega el medicamento Ivermectina en dosis de 6 m. g. que procedo a tomar una pastilla diaria durante seis (6) días consecutivos. El día 24 de septiembre tuve entre las 12:00 M. y las 2:00 p.m. adormecimiento en ambos antebrazos y ambas piernas.

Es sensato comunicar que en criterio de la médica tratante estos medicamentos fueron indicados para ser tomados a manera de prevenir la COVID-19. Postura concordante con lo mantenido por Elizalde (2020) quien sustenta que, en el contexto de la pandemia, toda neumonía debe considerarse como probable caso de la COVID-19, y debe aislarse y manejarse en consecuencia, la gran mayoría como paciente ambulatorio (80%)… (p.80).

Una vez iniciado el tratamiento de Azitromicina e Ivermectina, en los días críticos de la enfermedad, me aíslo en habitación aparte, adoptando también, colocarle a la poceta una solución de detergente y cloro cada vez que la usaba con el propósito evitar el contagio a miembros de la familia.

¿Qué sentí durante los días de convalecencia de la “neumonía”? Primeramente, dolor de cabeza (Cefalea), dolor en el tórax con proyección hacia los pulmones y dificultad respiratoria (Disnea), con obstrucción nasal, dolor en las articulaciones de codos, manos, muñecas, rodillas, tobillos y pies, tos seca; El día jueves 17 de septiembre me dio fiebre en horas de la tarde, igual sucedió el sábado 19, domingo 20, lunes 21 y el martes 22.

El día 14 de octubre, por observación de vecina, ésta nota cambio en la coloración de la piel de brazos, cara, pies y manos, que muestran color amarillo.

Esta respuesta de mi organismo difiere de lo sucedido a los doctores Hu Weifeng y Yi Fan, internados en el mes de enero 2020 en el Hospital Central de Wuhan, … en quienes la coloración mostrada en la piel fue de color oscuro, lo que en opinión del Dr. Li, el médico tratante…El hipotético motivo de ello, podría deberse al cambio de funcionamiento del hígado, afectado por el virus y que alteró su comportamiento, con secuelas en la dermis debido a posibles desequilibrios hormonales. Como también pudo deberse al uso prolongado e intenso de los medicamentos empleados en su tratamiento, lo que produciría el oscurecimiento de la piel como efecto secundario (As Argentina, 2020, Pp. 1-2).

En mí caso, el cambio de color de la piel lo hago a manera de interrogante ¿Fue debido a la acumulación de beta/caroteno contenido en la auyama consumida para la incorporación de las vitaminas C, y D? Al respecto, manifiesto que me consumí, en jugo cuatro (4) auyamas. O ¿fue debido a un cuadro anémico causado por la “neumonía”?, pues presenté recurrentemente fatiga, falta de energía, debilidad, dificultad para respirar, mareos entre otros síntomas post convalecencia, que son indicios manifiestos cuando se tiene anemia.

Además de los medicamentos de farmacia, ingerí los siguientes remedios caseros: cocimiento de hojas tiernas de guayabo (Psidium guajava), para el desorden intestinal, combatir la tos, mejorar afecciones del pecho, aflojar el moco de los bronquios y eliminar bacterias; cocimiento de hojas malojillo (Cymbopogon schoenanthus), para la acidez y la diarrea; cocimiento de hojas de eucaliptus (Eucalyptus globulus Labill), para descongestionar las fosas nasales, combatir la infección en los bronquios, la tos y dolor de garganta; licuado de cristal de sábila (Aloe vera), como expectorante; cocimiento de hojas de pericón (Tagetes lúcida), para la diarrea; cocimiento de hojas de llantén (Plantago major), para la gastritis y expectoraciones; infusión de concha de aceite de palo santo (Bursera sarmientoi), para descongestionar las vías respiratorias y cocimiento de rodajas de fruto de limón (Citrus limón) con hojas anís caisimón o hierba santa (Piper auritum), como expectorante; todas estas plantas ayudan en el abordaje de enfermedades respiratorias y gastrointestinales. Una vez que tomo la infusión del aceite de palo santo, proceso iniciado el día 14 de octubre y el cocimiento del fruto de limón con concha en rodajas, con hojas de aníscaisimón fresco a partir del 16 de octubre; los días subsiguientes del mes de octubre, al presentar tos, expulso porciones pequeñas de flema transparente. Esta manifestación de tos se mantiene hasta el día 19 de noviembre.

El ingerir estos remedios caseros surge de la experiencia personal, por haberlos tomado en anteriores oportunidades cuando se ha tenido afecciones respiratorias análogas y del intercambio de conversaciones con personas que para el momento habían padecido la COVID-19 y otras patologías respiratorias; o lo es lo mismo, es un actuar personal procedente de la sabiduría popular.

¿Que sentí al tomar la Azitromicina? Dolor de cabeza, decaimiento en el cuerpo, desmayo en las articulaciones y cólicos intestinales, estos síntomas son tenidos por espacio de veinte (20) horas aproximadas, es decir, cuatro horas antes tomar la siguiente tableta.

A partir del sábado 19 de septiembre inicié la pérdida del gusto y del olfato, el día 27 recupero el gusto, permaneciendo sin apreciar los olores hasta el día 2 de octubre que principié a percibir los olores fuertes y los olores menos fuertes los aprecio de nuevo a partir del día 31 de octubre. El martes 22 de septiembre comencé a sentir mucosidad en las fosas nasales y expulsar al toser poca flema transparente. A partir de esta misma fecha me da diarrea hasta día 27, tomando Metrodinazol en tabletas de 500 m. g. por indicación de la médica tratante. Logrando temporalmente mejorar el cuadro diarreico.

El día 23 de septiembre a las 3 de la mañana empecé a sentir dolor en el pulmón derecho, presentado dificultad para respirar y tos con expulsión de flema transparente, malestar que se prolongó hasta el día 19 de noviembre.

El día jueves 1ero. de octubre acudo al CDI a consulta con la médica tratante, esta me examina y me dice que el problema pulmonar va mejorando progresivamente y me indica que debo asistir a un nuevo chequeo médico sobre este padecimiento.

Para el cuadro diarreico que aflora de nuevo me prescribe tomar Enterogermina en ampollas de 5 m. l., por 5 días. Este medicamento no mejora la diarrea. Ordenándome de la misma manera ese mismo día a hacerme un examen de heces por continuar el cuadro diarreico con evacuaciones flatulentas continuas, esto para descartar una amibiasis.

Al momento de asistir a la consulta, además de presentar diarrea, presentaba dolor de cabeza, gastritis estomacal y congestión intestinal. El examen de heces mandado a hacer el 1ero. de octubre, me lo realizo el día lunes 5, el cual reporta que no presento helmintos ni protozoarios, sino moco y reacción ácida.

Fue observado en el examen de laboratorio amilorrea (presencia en las heces de restos de almidón y células de papa sin digerir) parcialmente digerida 3-7 XC. La gastritis estomacal y el cuadro diarreico, presentados el día 1ero. de octubre cuando acudí a consulta médica, a pesar de tomar Lactovac Infantil por indicación médica, durante 3 días, cada 12 horas, ambas sintomatologías se mantienen y son debidas a la alteración de la Microbiota Digestiva constituida por (Diversos géneros de aerobios que existen en el tracto digestivo, como entero bacterias del tipo Escherichia coli; comotambién diversas especies del género Lactobacillus y especies anaerobias obligadas, como Bacteroides, Clostridia, Eubacteria y Bifidobacteria).

Es partir del 13 de octubre que comienzo a sentir mejoría de ambas alteraciones digestivas, ayudadas con la toma de infusión de hojas de llantén, que por sus propiedades astringentes posibilitó la detención de la diarrea, favoreciendo además la inhibición de la acidez producida por la secreción gástrica, mejorando la gastritis; como también tuvo su efecto el restablecimiento de la Microbiota. Sin embargo, estas alteraciones digestivas se mantienen en mejoramiento progresivo, sin curarse perentoriamente. El caso de la diarrea me lleva a la iniciativa personal, luego de 21 días de padecerla, a que el día 14 de octubre a las 8:00 a.m., me tome media (½) tableta de Loperán de 2 m. g., anti diarreico que reduce los movimientos y secreciones intestinales, evidenciando en horas de la tarde disminución de las deposiciones líquidas, lo cual me indujo a tomarme (½) tableta adicional a las 4: 00 p.m.

A partir de esta toma de Loperan, me mantuve con las heces semisólidas los días siguientes, hasta el día 19 de octubre que muestran consistencia sólida, y la diarrea se cura definitivamente; presentando en consecuencia pérdida de peso y debilidad en el cuerpo.

El lunes 28 de septiembre asisto la parcela agrícola a buscar productos agrícolas para consumo de la familia, estando allí se presentó un tiempo con corrientes de aire fuertes y caída de llovizna, este ambiente resultó contraproducente, porque en horas de la noche presenté malestar y dificultades respiratorias, las que afronté durmiendo semisentado en la cama apoyado en almohadas altas. Igual episodio sucedió el 15 de octubre, día en que asisto de nuevo a la parcela a las 7 mañana, me mojo con rocío, me da malestar y dificultad para respirar, luego de este incidente me mantuve en reposo y retirado del predio hasta el día 22 que comencé a mejorar significativamente, retomando de nuevo la faena agrícola de costumbre, trabajando en la mañana hasta las 10.00. a.m. y en la tarde a partir de las 4:00 p. m. hasta las 6:30 p.m., para evitar coger la intensidad del sol.

Ahora bien, fue entre los días 28 y 29 de octubre que realmente mejoro significativamente el cuadro neumónico, durante estos dos (2) días realizo trabajo de mantenimiento de la parcela, en el que ejerzo esfuerzo físico intenso, logrando hacerlo con poco agotamiento del cuerpo. Previniendo claro está, exponerme a corrientes de aire húmedo y a la caída de lluvia estando en el predio.

Sin embargo el día 23 de octubre estando en el porche de la casa de un vecino, en las primeras horas de la noche me descuide y me expuse a corriente de viento húmedo de lluvia, a partir de este momento presento dificultad respiratoria y al aclararme la garganta escupo flema transparente abundante; decido a partir de este nuevo cuadro de recaída a tomar el Jarabe Expectorante Catarral de berro/sábila/jengibre (3 en 1), hasta terminar el contenido el 27 de noviembre, logrando una mejora amplia de la expulsión de flema.

Es bueno significar que al padecer enfermedades respiratorias se debe guardar el reposo médico indicado, evitando exponerse a condiciones climáticas desfavorables, para impedir recaídas que complican la salud y ponen en mayor riesgo la vida del enfermo.

Habiendo tenido poca estadía en ambientes y lugares concurridos por personas portadoras de virus, quienes los expelen como agentes causantes de enfermedades neumónicas, por haber pasado la mayoría del tiempo en mi casa y en la parcela situada fuera del ambiente urbano, aun así, adquirí la “neumonía común” que afectó mi salud y puso en riesgo mi vida, la que fue causada por un microbio esparcido en el ambiente.

Ahora bien, haciendo una relación de similitud de la “neumonía” padecida, con la COVID-19, cuyo agente causal es el SARS-CoV-2 que se encuentra diseminado en forma suspendida en el entorno o adherido a superficies en el territorio de las ciudades al ser expelido por personas portadoras que lo transitan; es que se le hace el llamado a los ciudadanos que reconozcan y valoren la existencia de la Covid-19, causada por el SARS-CoV-2, pues ambas revelaciones están presentes en los contextos circundantes, ante las que hay que ejercer las medidas preventivas como: uso adecuado de la mascarilla; guardar la distancia segura de 1,5 metros de distancia entre personas; lavar las manos y el calzado al llegar a la casa; no tocarse ojos, boca y nariz cuando se está o ha estado en lugares públicos; mantenerse en casa, saliendo un representante de la familia a hacer lo estrictamente necesario, como compra medicinas y alimentos, y en caso de enfermedad asistir a consulta médica; como acciones protectoras contra la COVID-19, al actuar de esta manera evitarían el contagio personal, el de su familia y vecinos; y de esta manera cooperarían a disminuir los casos de contagios urbanos que en las últimos meses han tenido una manifestación considerable en el país.

Puesto que, el SARS-CoV-2, vino para cohabitar con los humanos, el que se llegará a controlar cuando la población lo haya adquirido, bien por contagio natural, social o por inoculación en las personas en la condición de muerto, atenuado o vivo a través de la inyección en una vacuna que prevenga la COVID-19 o disminuya sus síntomas.

Para llagar a este estadio, se va a tener alta morbilidad y mortalidad, expresiones comportamentales de la enfermedad que exigen de las personas el cumplimiento de las medidas de prevención instituidas.

En fecha 22 de octubre acudo a chequeo médico, en la consulta, la médica me pregunta ¿cómo me siento? y le manifiesto que he mejorado sustancialmente, sin embargo, le digo que siento todavía ardor de estómago y dolor en el pecho. Me examina físicamente los pulmones y me hace saber que el problema de congestionamiento ha ido desapareciendo, y me da de la Alta sobre este aspecto. Asimismo, el 8 de noviembre acudo a un nuevo reconocimiento médico de los pulmones, y soy informado por le galena tratante que estoy bien, que es evidente que quede un mínimo de flema, que irá desapareciendo gradualmente con el paso del tiempo.

Con respecto al problema estomacal me explica que la mucosa gástrica (mucosa estomacal) ha sido afectada por el tratamiento.

La mucosa gástrica es un capa formada por polisacáridos, que son moléculas de glúcidos (azucares) formadas por la unión de azucares simples (monosacáridos) que cumplen funciones de reservas energéticas estructurales de soporte. Cumple además funciones de protección a nivel celular. La mucosa contiene igualmente sustancias enzimáticas del tipo mucina (proteína glicosilada/con azúcar) que forman el moco. Como capa protectora del estómago, le recubre las paredes y lo protege de la acción digestiva del ácido clorhídrico (HCL) y de los enzimas líticos.

Como tratamiento correctivo de la afectación de la mucosa, la doctora tratante me receta tomar Omeprazol en capsulas de 20 m. g. durante un mes. Concluido el tratamiento en el tiempo indicado, el 22 de noviembre, siento mejoría sustancial del ardor estomacal.

Secuelas post “neumonía”, marcada presencia de flema acumulada en los pulmones, con dolor es los mismos, sobre todo en el derecho, después de la fase crítica de la “Neumonía”, hasta el 26 de octubre que comienzo a expulsarla en forma abundante, luego de realizar trabajo físico intenso en la parcela, fue esta derivación la que me mantuvo con intranquilidad hasta su superación definitiva a partir del 27 de noviembre; agotamiento físico del cuerpo, es decir, falta de fuerza para realizar las actividades que ameritan la ejecución de esfuerzo corporal.

En el lapso comprendido entre el 30 de octubre y el 17 de noviembre me mantuve en reposo en casa, dado que estos días fueron de lluvia abundante, habiendo vivenciado en la convalecencia personal, que el mojarse con agua de lluvia o exponerse a corrientes de aire de lluvia, son factores intervinientes de recaídas cuando se padece neumonías; expresando en consecuencia como aditamento sabido, que es vital, evitar mojarse con agua de lluvia y exponerse a viento húmedo, para descartar mayor complicación en la salud y evitar alto riesgo de la vida del enfermo en recuperación.

A manera de exhortación: no se debe exponer a los factores del clima (temperatura, precipitación, viento y humedad) toda persona que padezca una enfermedad respiratoria, pues son elementos intervinientes que causan complicaciones a la salud, y conllevan a representar mayores riesgos para la vida.

Consideración de Cierre

La situación de enfermedad padecida pudo haber sido objeto de un diagnóstico clínico (Pruebas PCR/TRDAC) que permitiera dilucidar que dolencia “neumónica” fue la que afectó mi salud, para el momento de estar enfermo estas no existían en el CDI en que fue atendido mi caso. Siendo entonces, ésta mi vivencia tenida sobre la “Neumonía Común” padecida; quedando pues, en una situación enigmática, porque no alcancé a saber ¿Qué fue lo que afectó mi salud? ¿Sería el coronavirus SARS-Cov-2 el agente causante de la dolencia pulmonar que padecí?

(*): Docente/Investigador de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador [UPEL]. Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio [IMPM]. Extensión Académica Barinas. Venezuela.

  • Nota Sustancial 1: El uso de la imagen ilustrativa del coronavirus, mostrada en la parte superior al inicio del escrito, está permitido por autorización expedita de los progenitores de la autora.

  • Nota Sustancial 2: Las imágenes ilustrativas de los medicamentos bebidos, son fotos tomadas de sus presentaciones físicas.

REFERENCIAS

  • AS. ARGENTINA (2020). ¿El Coronavirus Cambia el Color de la Piel?, Disponible en: https://argentina.as.com Consulta, 14 de octubre de 2020.

  • Reguera, Iria (2018) Neumonía: ¿Qué es, Por qué se Produce y Cómo se Trata? Documento el Línea. Disponible en: https://www.vitonica.com Consulta, 18 de octubre, 2020.

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Autores

Dr. Enriquez Alvarez
fhemorr@gmail.com | + Artículos

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO

EXTENSIÓN ACADÉMICA BARINAS