El profesor de Urología Van Ahlen Klinikum Osnabruck, Muenster University, Alemania, afirma que la escala de dureza de erección proporciona una herramienta simple y efectiva que puede usarse en la práctica clínica para evaluar a los pacientes con DE.
En un estudio que incluyó 7.710 pacientes con una media de edad de 39 años, 58% de los pacientes estaban casados, 35 % de los pacientes tomaban alcohol todos los días, 65% eran no fumadores, 24% de los pacientes presentaban síndrome metabólico, 20% eran hipertensos, 26% tenían problemas con los triglicéridos o colesterol y 10% de los pacientes eran diabéticos. Se demostró que aquellos pacientes fumadores, mayores de 60 años, con síndrome metabólico, diabéticos, hipertensos y sedentarios tenían mayor riesgo de tener DE y por lo tanto índices de dureza de la erección más baja que aquellos pacientes sin estas patologías.(3)
La prevalencia de la DE es de 36% en los Estados Unidos, 32% en Francia, 47% en Venezuela, 32% en Corea, 45% en el Medio Oriente y 50% en Japón. El EHS no solo mide la dureza de la erección, también puede proporcionar una evaluación de los otros factores asociados con esta condición debilitante. La satisfacción del paciente con la dureza de la erección tiene el alcance de predecir la satisfacción con otras medidas de calidad de vida.
Existen varios cuestionarios para evaluar DE: el Índice Internacional de Función Eréctil IIFE, el Cuestionario de Calidad de la Erección QEQ y el Índice de Dureza de la Erección EHS, los cuales identifican e incluyen las múltiples dimensiones de la disfunción sexual y su tratamiento, así como la respuesta de los pacientes a un agente farmacológico para alcanzar y mantener una erección.(4)