Síndrome metabólico
¿Se puede prevenir el síndrome metabólico?
Siendo el síndrome metabólico (SM) una condición en la cual tanto genética como los factores ambientales juegan papeles primordiales, queda claro que modificar estos últimos, particularmente en lo concerniente a la reducción de peso, evita la progresión a diabetes, hipertensión e hiperlipidemia. En el presente, ya la luz de diferentes estudios epidemiológicos, se cree que el paso principal en la intervención terapéutica del SM es la prevención primordial. En general, la prevención pudiera clasificarse en:
- Prevención primordial: prevención de factores de riesgo.
- Prevención primaria: se refiere al tratamiento de los factores de riesgo ya presentes SM a fin de evitar la aparición de, por ejemplo, diabetes.
- Prevención secundaria: prevenir las complicaciones crónicas de los componentes del SM.
- Prevención terciaria: prevenir o retardar la incapacidad y/o la muerte causada por las complicaciones.
La prevención primordial es la más importante en el síndrome metabólico
Prevención primordial es toda conducta destinada a evitar la aparición de factores de riesgo modificables en sujetos sin evidencia de enfermedad, a través de estrategias de educación poblacional, familiar e individual.
Las medidas de promoción de la salud y de prevención primordial están orientadas a fomentar un estilo de vida saludable en la población, a fin de evitar la aparición de factores de riesgo para el desarrollo de una determinada afección.
Las medidas preventivas deben implementarse desde la preconcepción, destinarse a la prevención de la obesidad infantil y promoviendo la actividad física, adopción de estilos de vida saludable y lograr el reconocimiento de la obesidad y el síndrome metabólico (SM), como problemas de Estado. Para esto es necesario conocer los factores de riesgo, la patogenia y la historia natural del síndrome, así como la capacidad para identificar individuos susceptibles y la disposición de intervenciones efectivas, aceptables y seguras.
Los cambios que han ocurrido en el estilo de vida en los últimos 50 años, incluyen el aumento de la mecanización en el trabajo y en otras actividades diarias: la automatización, robotización, transporte, escaleras mecánicas, etc., y menos actividades físicas en las horas libres, debido al uso de la televisión, computadoras, video juegos, entretenimientos en el hogar, así como el aumento de la urbanización y la inseguridad, que limitan las posibilidades de ejercitarse.
Por otro lado, en las últimas décadas han ocurrido cambios en los patrones de dieta (aumento de las porciones, refrescos edulcorados, meriendas abundantes e hipercalóricas, comidas “chatarra”, etc.) al tiempo que existe una insistente publicidad dirigida a los niños para que ingieran comidas hipercalóricas, lo cual lleva al aumento desproporcionado de la obesidad desde las primeras etapas de la vida.